
Muchos, sin un gran fundamento, hablaron de la conveniencia de la no proliferación de centrales en el país. Algunos, como Carrió, rayando el ridículo, instaron a leer el signo de los tiempos (sic).
La realidad marca que nuestro país SIEMPRE, incluso en las épocas menemistas, se ha mantenido en los estándares más estrictos de seguridad nuclear, y lo continúa haciendo.
Habrá que ver el desarrollo posterior que se le da a esta tecnología, sobre la que sí hay que mantener controles estrictos (especialmente sobre los desechos producidos por su uso).
Fuente:
Ciencia Argentina en la vidriera
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