Los rebeldes libios ya empezaron a mostrar la hilacha y las potencias humanitarias demostraron que su altruismo era de juguete. Encima Muammar no aparece y el golpe de estado no termina de concretarse.
En los diarios, vemos la explotación del morbo con datos realmente inútiles.
Mientras tanto, en Argentina, una nueva hora comienza.
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