martes, 7 de febrero de 2012

Los peligros ocultos del Kindle

 




[OPINIÓN PERSONAL]

Quizá por eso la industria no se ha metido con Amazon, digo, por esto de que sigue segmentando la cultura según países. Y es curioso que, viéndolo a través de la comercialización digital, entendamos el sinsentido (valga el oxímoron) de la segmentación.

¿Y si nos preguntamos por qué no puedo suscribirme a varios países? Es una pregunta que no tiene una respuesta lógica.


[nota extraída de Club del eBook]


Esta nota Peter Köllner traducida por Manuel Haj-Saleh alerta sobre la experiencia de comprar libros y revistas en Amazon. Contrariamente a lo que pasa con los libros impresos, Amazon sigue siendo dueño del material comprado y libre de desactivarlo en caso de que el cliente cambie el seteo de su país. Recomiendo a todo usuario de Kindle (o próximo a comprarlo) leer esta aventura kafkiana:

El último año estuve viajando mucho por motivos de trabajo, y dado que en el equipaje de mano dejan muy poco espacio para la literatura de viaje, me hice después de indagar un poco a principios del verano con un Kindle 3 (teclado y WLAN). El aparato funcionaba inmejorablemente y con Calibre también se podían convertir EPUB y otros formatos en el interno “Mobi”, de modo que decidí que eso bastaría.
Por aquel entonces mi dirección de envío estaba asociada a Amazon USA, de manera que pedí allí el dispositivo, que llegó con relativa rapidez. Tiempo después ya no necesitaba tanto espacio en las estanterías; algo que a mi esposa también le agradó.

En verano descubrí que para el Kindle también podías suscribirte a “2600 – The Hacker Quarterly” y, tras una plaga de insectos que me obligó a deshacerme de gran parte de los libros en papel que tenía en cajas de mudanza, decidí pasarme completamente a los eBooks.

Con el tiempo me surgió la primera duda de si Kindle era la plataforma adecuada para mis propósitos, cuando resultó que muchos de los libros y revistas que podía encontrar en la tienda de Amazon alemana no se podían comprar en la tienda de EEUU, a la que tenía asociado mi Kindle.

A finales de noviembre pedí pues, a modo de prueba, una suscripción electrónica de Analog SF puesto que, tras tirar a la basura las cajas con los diez últimos años, incluyendo un cargamento de huevos y larvas de insectos, ya no me entusiasmaba tanto el hecho de acumular físicamente papeles.

Al poco abrió Amazon su tienda en España, en la que pude encontrar relativamente rápido un par de obras en español que me interesaban y que no estaban a la venta en Amazon.US. Cuando se quiere comprar con un Kindle registrado en EEUU en una de las otras tiendas nacionales de Amazon, lo primero con que se topa uno es con un cuadro de diálogo que le explica que para comprar cualquier eBook allí hay que cambiar el registro del Kindle a esa tienda. Cuando aceptas eso, se ve un segundo cuadro explicativo que te informa de que, al hacerlo, todas las suscripciones que tenías finalizan… y con ello también el derecho de acceder a los números anteriores. Esto lo entendí como una intromisión espeluznante en mi derecho a la libertad de información… y, por supuesto, lo rechacé.

Investigación con ejemplos
Acto seguido escribí al servicio al cliente de Amazon USA para saber qué es lo que realmente habían pensado, al cortarme el acceso a una gran parte de los libros disponibles con su concepto de tienda — independientemente de la tienda en la que registre mi aparato. La respuesta fue educada, pero por desgracia de ninguna ayuda. A continuación expliqué en mi contrarréplica, de nuevo y con insistencia, que ese recorte de mi acceso a fuentes mundiales de información era para mí absolutamente inaceptable. Al final se pone uno en el peor caso de esta práctica comercial y será imposible comprar cualquier libro que salga al mercado fuera de las propias fronteras territoriales — la pesadilla de un mundo intelectualmente parcelado en el que igualmente sería un delito grave el contrabando de libros. Ya existen enfoques en esa dirección y se irán expandiendo continuamente.

Una vez comprobé que no llevaba a nada retrasar la decisión, hice una investigación con ejemplos y en la tienda de Amazon España compré la versión Kindle de un eBook sobre la creación de cooperativas… lo que sólo era posible si registraba mi Kindle en España. A continuación Amazon retiró (a mí y a los editores) mis suscripciones de la revista 2600 y la reciente de Analog SF. En España no existe ninguna de las dos, con lo que para mí no hay posibilidad de solicitarlas de nuevo. Igualmente se bloqueó el cambio continuo de país:

Cuando migre de Amazon.com a Amazon.es se cancelarán sus suscripciones en Amazon.com puesto que las suscripciones están enlazadas con el dispositivo que registre en nuestra tienda. Puesto que las suscripciones no podrán enviarse a su dispositivo, se cancelan automáticamente.
Quisiera hacerle saber que una vez migre de Amazon.com a Amazon.es y si usted vuelve a migrar a Amazon.com, no podrá migrar de nuevo a Amazon.es

—De la última respuesta del servicio al cliente de Amazon—

Desde entonces mi satisfacción como cliente de Amazon no está precisamente en un camino de rosas. Anteayer pasó además algo que fue “la gota que colmó el vaso”: Amazon me envió publicidad de libros para Kindle en la tienda de EEUU, ¡en la que ya no puedo comprar!

¿Qué ocurre al cerrar una cuenta de Amazon?
Después de aquello di de baja el Kindle de mi cuenta y volví a escribir al servicio al cliente de Amazon, para decirles que a partir de ahí quería cerrar mi cuenta de usuario de Amazon, con más de diez años, en todo el mundo. Hoy llegó la respuesta: que lo harían, pero que debería considerar que entonces perdería el acceso a todos los servicios adicionales:

Algunas cosas a tener en cuenta:
— Si usa sus datos de acceso de Amazon.com en otros sitios (p.e. Endless.com, Audible.com, etc.), también perderá el acceso a esas cuentas.
— Cualquier pedido en curso se cancelará.
— Si le queda saldo en una tarjeta regalo de Amazon, no podrá acceder al uso de esos fondos.
— No se pueden procesar devoluciones ni reembolsos en los pedidos de cuentas cerradas.
— No podrá descargar de nuevo el contenido de Kindle que compró con esta cuenta.
— Su cuenta de Amazon Payments se cerrará y no podrá ser abierta de nuevo.
— No tendrá ya acceso a sus cuentas de Associates, Amazon Web Services, Corporate, Seller, Author Central y/o Mechanical Turk.
— Si tiene una cuenta de Amazon Web Services, por favor contacte con el servicio al cliente de AWS para que le ayuden a cerrar su cuenta de AWS […]

Bueno, algunas de esas cosas son perfectamente comprensibles, pero en conjunto quedan bastante claros los peligros a los que se dirige uno cuando se entrega a este tipo de modelo de negocio. Solamente he perdido algo más de 20 libros, que hube de comprar de nuevo si quería leerlos en un lector de e-Books libre. Por lo demás no he usado nada del entramado de Amazon.

Si quisiera cubrir todas mis áreas de interés en un mundo en el que los libros se obtuvieran a través de Amazon, tendría que registrar media docena de Kindles bajo direcciones “conspiradoras” en todas las tiendas correspondientes y en lugar de libros tendría que cargar con mi colección internacional de Kindles en los viajes.

Y ya no imaginemos, si tras veinte años de uso intensivo del Kindle tuviese alguna razón para cerrar mi cuenta de Amazon… Por el contrario, casi que preferiría con gusto comprarme otra pequeña plaga de insectos. Por el momento vuelvo a estar a la búsqueda de un lector de EPUBs técnicamente adecuado y que no me encadene a una cadena de librerías del tipo que sea.


Publicado con el título “Adieu, Kindle” de acuerdo con la licencia Creative Commons CC-BY 3.0 estipulada por el autor.

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