Hasta la fecha han sido caros y ha habido escasas
configuraciones. Por eso se han vendido muy pocos. Sin embargo, Intel
relanza el formato con los nuevos microprocesadores Ivy Bridge. Además,
la llegada de Windows 8 en otoño puede ser la espoleta definitiva.
Pocos podían imaginar el 27 de enero de 2010 que el iPad, que aquel día veía la luz en el centro de arte Yerbabuena de San Francisco de la mano de un ya muy deteriorado Steve Jobs, iba a poner patas arriba toda una industria como la del PC, con varias décadas de rodaje y un producto muy popular en todo el mundo.
Sin embargo, eso ha sido lo que ha pasado en estos dos años y medio. La innovación de las tabletas y los teléfonos móviles ha forzado a la industria a reinventar el ordenador personal. La interfaz puramente táctil del iPad (y del resto de tablets que han salido en este tiempo), el rápido encendido, la larga duración de la batería o la ligereza del aparato, han hecho que los portátiles de toda la vida se hayan quedado desfasados de un día para otro. Son esos notebooks que obligan a uno a irse a desayunar para dar tiempo a abrir el sistema, que cargan unas baterías que literalmente se funden al cabo de un par de horas de uso o que destrozan la espalda de cualquiera que los quiera llevar consigo todo el día en una bolsa.
El Spectre XT de HP es un Ultrabook Premium en toda regla: diseño completo en metal, peso de 1,4 Kg, 14,5 mm de grosor y 256 Gbytes de almacenamiento SSD
La consecuencia es que el PC pierde claramente la partida frente a otros formatos, y las cifras lo atestiguan. El año pasado, los españoles compraron un tercio menos de sistemas personales que el año anterior, y el panorama a medio plazo es también sombrío. De acuerdo con las principales consultoras, en los próximos cuatro años las ventas de ordenadores en todo el mundo crecerán un ritmo máximo del 10 u 11%, hasta totalizar unos 530 millones en 2015.
En cambio, los tablets muestran una foto muy distinta. Según In-Stat, en 2017 se venderán 250 millones de tabletas en todo el planeta, lo que triplica con creces las comercializadas durante 2011. Lo mismo cabe decir de los smartphones. Según Juniper Research, en 2016 optarán por un teléfono inteligente 1.000 millones de personas, tres veces más de las que lo hacían en 2010.
Concretamente, en el verano de 2011, Intel anunció que ponía sobre la mesa 300 millones de dólares para desarrollar el concepto de Ultrabook y lanzarlo al mercado, así como para apoyar los desarrollos de terceros (sobre todo de componentes) que lo potenciaran. Desde Centrino, que llevó definitivamente la tecnología inalámbrica al portátil, Intel no había hecho tanto ruido en el mercado. El objetivo era, precisamente, dar a los usuarios de portátiles lo que ya estaban viendo en su tablet o su teléfono: arranque instantáneo, una mayor ligereza, mayor autonomía (los usuarios quieren equipos que se mantengan todo el día operativos), interfaz táctil y materiales y diseño de vanguardia. Sin embargo, las cosas no han ido como Intel y las grandes marcas de PC deseaban.
A la vista de los resultados, los analistas de mercado coinciden al señalar que el Ultrabook no ha despegado. Las razones han sido fundamentalmente dos: la escasa disponibilidad de producto y su elevado precio (siempre rondando los 1.000 euros de PVP, cuando el precio medio de los portátiles en España supera ligeramente los 500) están entre las causas.
Además, su salida ha coincidido con una crisis económica que está haciendo que las familias se piensen mucho en qué gastan cada euro. Enrique Nistal, responsable de producto de Toshiba, recuerda que los Ultrabooks no han tenido la gran ventaja competitiva del netbook, que fue su precio. Desde Intel, Javier Galiana reconoce que en el mercado español solo se ha comercializado una docena de configuraciones de Ultrabook de segunda generación. HP, el mayor fabricante de PCs del mundo, tardó más de medio año en tener un Ultrabook, y cuando lo lanzó no convenció demasiado. El Folio tenía un precio alto (otra vez 1.000 euros) y un aspecto demasiado serio; demasiado profesional.
Por otra parte, Tim Coulling, analista de la consultora británica Canalys, recuerda que el concepto Ultrabook, que es un término de marketing de la propia Intel, se refiere a un tipo de producto premium que, por definición, no es barato, y eso pasa factura en tiempos de incertidumbre económica.
El primer ultrabook de Toshiba fue el Portégé Z830, aunque en junio la marca ha sacado el Z930, destinado al mercado profesional y que incorpora los nuevos Core de tercera generación vPro
Context, una consultora que analiza las ventas de los principales mayoristas de informática de España, da una imagen parecida y dice que en marzo de este año, de todos los portátiles que se venden, casi el 75% siguen siendo formatos tradicionales, mientras que los netbooks superan el 24% y los Ultrabooks solo están en el 2%.
Por su parte, IDC da cifras algo más positivas al asegurar que en 2011 los españoles acabaron comprando casi 100.000 unidades y que en el primer trimestre de 2012 ya se habían vendido 36.000. En cualquier caso, quedan lejanas las metas que se marcó la propia Intel hace un año, cuando aseguraba que a finales de 2012 el Ultrabook debería suponer el 40% de todos los portátiles comercializados y en 2013 tenía que estar «plenamente asentado».
Como gran novedad frente a desarrollos anteriores, los nuevos Intel Core están dotados con transistores tridimensionales (Tri-Gate) fabricados en proceso de 22 nanómetros. Los transistores han sido generalmente planos, pero ahora, con el agregado de una nueva dimensión en forma de «aleta» que surge de la base, Intel es capaz de meter más capacidad de proceso en el mismo o menos espacio. Además, el fabricante garantiza de paso que la famosa Ley de Moore (que dice que cada 18 meses más o menos se duplica el número de transistores en un circuito integrado) seguirá teniendo vigencia.
En la presentación de los primeros Ultrabooks con Ivy Bridge en España, Javier Galiana, director de consumo de Intel Iberia, aseguraba que los nuevos procesadores ofrecen un 80% más de rendimiento que el de los chips que cargaban los portátiles hace solo dos años, y un 20% más que los de la segunda generación. La compañía espera que con Ivy Bridge aparezcan a nivel mundial más de 100 Ultrabooks.
Galiana también recuerda que las economías de escala ayudarán a Intel y sus socios (Acer, Asus, HP, Lenovo, Samsung y Toshiba ya tienen preparados equipos con Ivy Bridge en España) a conseguir precios más competitivos (entre 700 y 800 euros). Ya en el Reino Unido, como recuerda Tim Coulling, se venden Ultrabooks más baratos, aunque son configuraciones antiguas.
En España, Lenovo ya ha presentado configuraciones de Ultrabooks de consumo desde 600 euros. Para lograrlo, la nueva serie IdeaPad U del fabricante chino, disponible desde el mes de julio en España, combina SSD (de 32 Gbytes) y disco duro (mucho más barato) y llega al límite en peso (1,9 kilos en su modelo de 14 pulgadas) y grosor (21 milímetros). HP, por su parte, también ha puesto a la venta a finales de junio el Envy 14 (con pantalla de 14 pulgadas) con configuraciones desde 699 euros. Otra vez se agota el margen en las especificaciones marcadas por Intel: 20 milímetros de grosor y casi 1,8 kilos de peso.
A igual consumo, los chips Ivy Bridge ofrecen un rendimiento mayor que sus predecesores, los microprocesadores Sandy Bridge de Intel
Hoy en día, los módulos de memoria Flash (SSD) son caros. Hay unos 200 euros de diferencia entre un equipo con SSD de 120 Gbytes y otro con un módulo de 250 Gbytes. La solución para los fabricantes va a estar, para Cayón, en instalar sistemas híbridos que combinen, por ejemplo, un módulo Flash de 32 o 64 Gbytes para abrir aplicaciones y un disco duro convencional de 250 o 500 Gbytes para almacenar el grueso de los datos.
La nueva serie de Ultrabooks IdeaPad U está disponible desde el mes de julio en España a un precio estimado a partir de 600 euros. Para reducir el coste, Lenovo combina una unidad SSD y un disco duro convencional mediante tecnología híbrida, y llega al límite de peso (1,9 Kg) y grosor (21 milímetros)
Rafael Achaerandio, analista de IDC, coincide con que el precio de las memorias SSD
pesa mucho en el PVP final y que será clave tener una alta demanda de
este tipo de componentes para bajar el coste unitario. «En cuanto se
pongan las marcas a fabricar en masa, esto se dispara», asegura. En todo
caso, Marie-Christine Pyott y Nancy Taylor, de la consultora Context,
advierten que, debido a las estrictas normas que impone Intel para
hacer configuraciones, la bajada de los precios tiene un límite.
Por su parte, Enrique Nistal, de Toshiba, dice que la caída de precios en ningún caso será brusca. El jefe de producto de la marca japonesa también advierte de que hay unos límites que no se pueden traspasar si no se quiere comprometer la rentabilidad de la industria.
«Ya hay más de 30 diseños de Ultrabook con pantalla táctil y 10 con sistemas convertibles (el usuario elige en cada momento el tipo de pantalla que quiere tener)», dice Javier Galiana. Además, Intel ya ha sellado acuerdos con varios proveedores punteros de paneles táctiles, entre los que se cuentan Cando, HannsTouch, TPK y Wintek, para, así, garantizar que la capacidad de producción podrá responder a la demanda prevista a lo largo de los próximos años.
Intel también anuncia que los Ultrabooks incorporarán sensores de luz y GPS para que el mismo equipo, de forma proactiva, nos dé información del sitio donde estamos. Adicionalmente, a finales del 2011 el fabricante de procesadores creó un fondo de inversión para impulsar el trabajo de los desarrolladores de aplicaciones interesados en su plataforma.
Ahora, los usuarios tienen la palabra. Todo hace prever que se mantendrán a la espera de comprobar qué pasa con Windows 8. Una vez el sistema operativo esté arraigado en estos portátiles extrafinos, tendrán la oportunidad de ver sus funcionalidades y, si vale la pena y el precio acompaña, se rascarán el bolsillo.
Windows 8 permitirá desplegar pantallas táctiles en los ultraligeros. Según Intel, ya hay más de 30 diseños de Ultrabook con pantalla táctil y 10 equipos con sistemas convertibles
AMD asegura que el rendimiento de las nuevas unidades aumenta un 29% con respecto a las de la generación anterior y, más importante en el caso de este tipo de portátiles, el consumo se reduce a la mitad y la duración de la batería se extiende en algunos casos hasta las 12 horas. Pensando precisamente en los ultraligeros, AMD ha desarrollado modelos LV y ULV (Low Voltage y Ultra-Low Voltage). Mientras que Intel se muestra muy estricta con su marca Ultrabook y exige a los fabricantes que quieran utilizar esta denominación unas especificaciones determinadas en materia de peso, grosor de las carcasas, baterías o software de protección, AMD es más permisiva.
Los equipos con sus procesadores llevan el sobrenombre de Ultrathin, pero HP ya ha sacado algún equipo con un nombre particular (SleekBook). Por otra parte, algunos analistas creen que la inclusión de los Trinity de AMD acelerará la bajada de los precios finales de los equipos. No hay que olvidar que el procesador sigue suponiendo una parte importante del coste que tienen estos aparatos. Marcas como Acer, Asus, HP, Lenovo, Samsung, Sony y Toshiba ya se han comprometido con el rival de Intel para sacar ultraligeros con sus nuevas APUs.
Pocos podían imaginar el 27 de enero de 2010 que el iPad, que aquel día veía la luz en el centro de arte Yerbabuena de San Francisco de la mano de un ya muy deteriorado Steve Jobs, iba a poner patas arriba toda una industria como la del PC, con varias décadas de rodaje y un producto muy popular en todo el mundo.
Sin embargo, eso ha sido lo que ha pasado en estos dos años y medio. La innovación de las tabletas y los teléfonos móviles ha forzado a la industria a reinventar el ordenador personal. La interfaz puramente táctil del iPad (y del resto de tablets que han salido en este tiempo), el rápido encendido, la larga duración de la batería o la ligereza del aparato, han hecho que los portátiles de toda la vida se hayan quedado desfasados de un día para otro. Son esos notebooks que obligan a uno a irse a desayunar para dar tiempo a abrir el sistema, que cargan unas baterías que literalmente se funden al cabo de un par de horas de uso o que destrozan la espalda de cualquiera que los quiera llevar consigo todo el día en una bolsa.
El Spectre XT de HP es un Ultrabook Premium en toda regla: diseño completo en metal, peso de 1,4 Kg, 14,5 mm de grosor y 256 Gbytes de almacenamiento SSD
La consecuencia es que el PC pierde claramente la partida frente a otros formatos, y las cifras lo atestiguan. El año pasado, los españoles compraron un tercio menos de sistemas personales que el año anterior, y el panorama a medio plazo es también sombrío. De acuerdo con las principales consultoras, en los próximos cuatro años las ventas de ordenadores en todo el mundo crecerán un ritmo máximo del 10 u 11%, hasta totalizar unos 530 millones en 2015.
En cambio, los tablets muestran una foto muy distinta. Según In-Stat, en 2017 se venderán 250 millones de tabletas en todo el planeta, lo que triplica con creces las comercializadas durante 2011. Lo mismo cabe decir de los smartphones. Según Juniper Research, en 2016 optarán por un teléfono inteligente 1.000 millones de personas, tres veces más de las que lo hacían en 2010.
300 millones sobre la mesa
Hace justamente un año, Intel reaccionó. No le quedaba más remedio. Hay un mercado de cientos de millones de usuarios en juego. Y es que, aunque el fabricante de procesadores domina sin contestación el negocio de los chips para ordenadores, está ausente en la industria de los móviles y tampoco llega a conquistar el corazón de las tabletas, toda vez que el iPad, que representa la mitad de este mercado, carga el A5X, una CPU de la propia Apple.Concretamente, en el verano de 2011, Intel anunció que ponía sobre la mesa 300 millones de dólares para desarrollar el concepto de Ultrabook y lanzarlo al mercado, así como para apoyar los desarrollos de terceros (sobre todo de componentes) que lo potenciaran. Desde Centrino, que llevó definitivamente la tecnología inalámbrica al portátil, Intel no había hecho tanto ruido en el mercado. El objetivo era, precisamente, dar a los usuarios de portátiles lo que ya estaban viendo en su tablet o su teléfono: arranque instantáneo, una mayor ligereza, mayor autonomía (los usuarios quieren equipos que se mantengan todo el día operativos), interfaz táctil y materiales y diseño de vanguardia. Sin embargo, las cosas no han ido como Intel y las grandes marcas de PC deseaban.
A la vista de los resultados, los analistas de mercado coinciden al señalar que el Ultrabook no ha despegado. Las razones han sido fundamentalmente dos: la escasa disponibilidad de producto y su elevado precio (siempre rondando los 1.000 euros de PVP, cuando el precio medio de los portátiles en España supera ligeramente los 500) están entre las causas.
Además, su salida ha coincidido con una crisis económica que está haciendo que las familias se piensen mucho en qué gastan cada euro. Enrique Nistal, responsable de producto de Toshiba, recuerda que los Ultrabooks no han tenido la gran ventaja competitiva del netbook, que fue su precio. Desde Intel, Javier Galiana reconoce que en el mercado español solo se ha comercializado una docena de configuraciones de Ultrabook de segunda generación. HP, el mayor fabricante de PCs del mundo, tardó más de medio año en tener un Ultrabook, y cuando lo lanzó no convenció demasiado. El Folio tenía un precio alto (otra vez 1.000 euros) y un aspecto demasiado serio; demasiado profesional.
Por otra parte, Tim Coulling, analista de la consultora británica Canalys, recuerda que el concepto Ultrabook, que es un término de marketing de la propia Intel, se refiere a un tipo de producto premium que, por definición, no es barato, y eso pasa factura en tiempos de incertidumbre económica.
El primer ultrabook de Toshiba fue el Portégé Z830, aunque en junio la marca ha sacado el Z930, destinado al mercado profesional y que incorpora los nuevos Core de tercera generación vPro
Unos comedidos 1.500 equipos al mes en España
Solo el 20% de todos los portátiles que se venden a escala local por encima de 699 euros, que son los menos, responden a las especificaciones de Ultrabook. Esto, traducido en unidades, supone que se comercializan en estos momentos unos 1.500 equipos al mes en España, según datos de GfK que desvela Salvador Cayón, responsable de marketing de Sistemas Personales en HP. Eso sí, si se incluye el MacBook Air, el portátil de Apple que, según algunos, es el espejo en el que se miran los Ultrabooks, las ventas suben a más de 2.500 unidades por mes.Context, una consultora que analiza las ventas de los principales mayoristas de informática de España, da una imagen parecida y dice que en marzo de este año, de todos los portátiles que se venden, casi el 75% siguen siendo formatos tradicionales, mientras que los netbooks superan el 24% y los Ultrabooks solo están en el 2%.
Por su parte, IDC da cifras algo más positivas al asegurar que en 2011 los españoles acabaron comprando casi 100.000 unidades y que en el primer trimestre de 2012 ya se habían vendido 36.000. En cualquier caso, quedan lejanas las metas que se marcó la propia Intel hace un año, cuando aseguraba que a finales de 2012 el Ultrabook debería suponer el 40% de todos los portátiles comercializados y en 2013 tenía que estar «plenamente asentado».
La apuesta es Ivy Bridge
Sabedora de que se está jugando su futuro (por lo menos en el terreno de la informática personal), Intel no tira la toalla y da ahora un nuevo impulso a sus Ultrabooks con la aparición de la tercera generación de sus procesadores Intel Core, conocida con el nombre de Ivy Bridge. En concreto, aprovechando la celebración de la mayor feria de componentes para ordenador del mundo, el Computex de Taiwan, el gigante del silicio ha puesto en el mercado cinco procesadores especialmente pensados para ultraligeros, aunque también han aparecido otras seis CPUs dirigidas a portátiles tradicionales y sobremesas Todo en Uno.Como gran novedad frente a desarrollos anteriores, los nuevos Intel Core están dotados con transistores tridimensionales (Tri-Gate) fabricados en proceso de 22 nanómetros. Los transistores han sido generalmente planos, pero ahora, con el agregado de una nueva dimensión en forma de «aleta» que surge de la base, Intel es capaz de meter más capacidad de proceso en el mismo o menos espacio. Además, el fabricante garantiza de paso que la famosa Ley de Moore (que dice que cada 18 meses más o menos se duplica el número de transistores en un circuito integrado) seguirá teniendo vigencia.
En la presentación de los primeros Ultrabooks con Ivy Bridge en España, Javier Galiana, director de consumo de Intel Iberia, aseguraba que los nuevos procesadores ofrecen un 80% más de rendimiento que el de los chips que cargaban los portátiles hace solo dos años, y un 20% más que los de la segunda generación. La compañía espera que con Ivy Bridge aparezcan a nivel mundial más de 100 Ultrabooks.
Galiana también recuerda que las economías de escala ayudarán a Intel y sus socios (Acer, Asus, HP, Lenovo, Samsung y Toshiba ya tienen preparados equipos con Ivy Bridge en España) a conseguir precios más competitivos (entre 700 y 800 euros). Ya en el Reino Unido, como recuerda Tim Coulling, se venden Ultrabooks más baratos, aunque son configuraciones antiguas.
En España, Lenovo ya ha presentado configuraciones de Ultrabooks de consumo desde 600 euros. Para lograrlo, la nueva serie IdeaPad U del fabricante chino, disponible desde el mes de julio en España, combina SSD (de 32 Gbytes) y disco duro (mucho más barato) y llega al límite en peso (1,9 kilos en su modelo de 14 pulgadas) y grosor (21 milímetros). HP, por su parte, también ha puesto a la venta a finales de junio el Envy 14 (con pantalla de 14 pulgadas) con configuraciones desde 699 euros. Otra vez se agota el margen en las especificaciones marcadas por Intel: 20 milímetros de grosor y casi 1,8 kilos de peso.
A igual consumo, los chips Ivy Bridge ofrecen un rendimiento mayor que sus predecesores, los microprocesadores Sandy Bridge de Intel
El PVP dependerá del almacenamiento
Además de cumplir por los pelos o sobrepasar en algún caso los parámetros que impone Intel, para conseguir un PVP competitivo las marcas y los proveedores de componentes están experimentando con plásticos que dan las mismas prestaciones del aluminio (muy habitual en los Ultrabooks actuales), pero que son mucho más económicos. Salvador Cayón, de HP, adelanta que los nuevos materiales harán posible una bajada de precios considerable. Sin embargo, el punto clave a la hora de relajar los precios estará en el almacenamiento.Hoy en día, los módulos de memoria Flash (SSD) son caros. Hay unos 200 euros de diferencia entre un equipo con SSD de 120 Gbytes y otro con un módulo de 250 Gbytes. La solución para los fabricantes va a estar, para Cayón, en instalar sistemas híbridos que combinen, por ejemplo, un módulo Flash de 32 o 64 Gbytes para abrir aplicaciones y un disco duro convencional de 250 o 500 Gbytes para almacenar el grueso de los datos.
La nueva serie de Ultrabooks IdeaPad U está disponible desde el mes de julio en España a un precio estimado a partir de 600 euros. Para reducir el coste, Lenovo combina una unidad SSD y un disco duro convencional mediante tecnología híbrida, y llega al límite de peso (1,9 Kg) y grosor (21 milímetros)
Por su parte, Enrique Nistal, de Toshiba, dice que la caída de precios en ningún caso será brusca. El jefe de producto de la marca japonesa también advierte de que hay unos límites que no se pueden traspasar si no se quiere comprometer la rentabilidad de la industria.
Windows 8 será clave
Además de la bajada de precios, ayudará a seducir a muchos consumidores la incorporación de pantallas táctiles, una mejora que la entrada en escena de Windows 8 va a propiciar. Intel ha insistido mucho en este punto en esta edición del Computex de Taipei. El gigante del silicio no oculta que las funciones táctiles constituyen un componente clave de la experiencia Ultrabook y que tendrán un creciente protagonismo en un abanico cada vez más extenso de dispositivos.«Ya hay más de 30 diseños de Ultrabook con pantalla táctil y 10 con sistemas convertibles (el usuario elige en cada momento el tipo de pantalla que quiere tener)», dice Javier Galiana. Además, Intel ya ha sellado acuerdos con varios proveedores punteros de paneles táctiles, entre los que se cuentan Cando, HannsTouch, TPK y Wintek, para, así, garantizar que la capacidad de producción podrá responder a la demanda prevista a lo largo de los próximos años.
Intel también anuncia que los Ultrabooks incorporarán sensores de luz y GPS para que el mismo equipo, de forma proactiva, nos dé información del sitio donde estamos. Adicionalmente, a finales del 2011 el fabricante de procesadores creó un fondo de inversión para impulsar el trabajo de los desarrolladores de aplicaciones interesados en su plataforma.
Ahora, los usuarios tienen la palabra. Todo hace prever que se mantendrán a la espera de comprobar qué pasa con Windows 8. Una vez el sistema operativo esté arraigado en estos portátiles extrafinos, tendrán la oportunidad de ver sus funcionalidades y, si vale la pena y el precio acompaña, se rascarán el bolsillo.
Windows 8 permitirá desplegar pantallas táctiles en los ultraligeros. Según Intel, ya hay más de 30 diseños de Ultrabook con pantalla táctil y 10 equipos con sistemas convertibles
Las exigencias de Intel siguen
Llevar la etiqueta de Ultrabook (en realidad es una marca registrada de la propia Intel) no es, ni mucho menos, gratuito. El fabricante obliga a las marcas de PC a cumplir con sus especificaciones para conseguir, en última instancia, equipos más ligeros y autónomos. Son las siguientes características:- El grosor pasa de los más de tres centímetros habituales a 1,8 cm como máximo.
- Las baterías deben ser planas, y no cilíndricas, para conseguir diseños más estilizados.
- Para almacenar datos hay que cargar un módulo SSD. Si el fabricante opta por el disco duro de siempre, debe incorporar uno de dimensiones reducidas. Los fabricantes también pueden optar por soluciones híbridas.
- La CPU debe ir soldada a la placa, y no en formato zócalo.
- El disipador de calor debe pasar de 9 a 6,5 milímetros.
- No deben llevar unidad óptica, aunque hay fabricantes trabajando para conseguir dispositivos lo suficientemente optimizados para ser encajados en la carcasa de un Ultrabook.
AMD también quiere subirse a este tren
El principal rival de Intel no quiere perder comba en el negocio del portátil. Para hacer frente a la redefinición del formato que propone Intel con sus Ultrabooks, el segundo fabricante de procesadores para PC presentó a mediados de mayo la plataforma Trinity, la última hornada de sus APUs (Unidades de Procesamiento Acelerado), que también contempla CPUs para equipos ultraligeros.AMD asegura que el rendimiento de las nuevas unidades aumenta un 29% con respecto a las de la generación anterior y, más importante en el caso de este tipo de portátiles, el consumo se reduce a la mitad y la duración de la batería se extiende en algunos casos hasta las 12 horas. Pensando precisamente en los ultraligeros, AMD ha desarrollado modelos LV y ULV (Low Voltage y Ultra-Low Voltage). Mientras que Intel se muestra muy estricta con su marca Ultrabook y exige a los fabricantes que quieran utilizar esta denominación unas especificaciones determinadas en materia de peso, grosor de las carcasas, baterías o software de protección, AMD es más permisiva.
Los equipos con sus procesadores llevan el sobrenombre de Ultrathin, pero HP ya ha sacado algún equipo con un nombre particular (SleekBook). Por otra parte, algunos analistas creen que la inclusión de los Trinity de AMD acelerará la bajada de los precios finales de los equipos. No hay que olvidar que el procesador sigue suponiendo una parte importante del coste que tienen estos aparatos. Marcas como Acer, Asus, HP, Lenovo, Samsung, Sony y Toshiba ya se han comprometido con el rival de Intel para sacar ultraligeros con sus nuevas APUs.
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