
No me gusta tanto el cómic de súper-héroes, sino más bien el otro (que podría llamarse europeo aunque haya buenos ejemplos en EE.UU).
Hace un tiempo, revisando la querida desesperanzada, encontré una mención a una obra que me voló la cabeza.
El arte de volar es soberbio, implacable y adictivo. Mi novia, no muy afecta a leer con dibujitos, lo devoró en apenas una hora.
Lo recomiendo gratamente, aunque (nos) de ganas de llorar.
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