Le dijeron afrancesado, súper-pelado, entre otros. Resultó ser un serrucha-piso y un traidor.
Terminó frito, desterrado, solo. Un destino que se puede leer en Calderón de la Barca, Maquiavelo y otros...
Y ahora vuelve, con todo su patetismo, ¿para hacer qué?
Fuente:
Luna Suburbana
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