Lucha por los (ciber) derechos

El dibujito es aleccionador y fue realziado por el "temita" de HADOPI, en Francia, pero es alegórico a los problemas que todos enfrentaremos más tarde o más temprano.

Sabemos que muchos piensan (nos lo han dicho por mail) que "estas cosas no llegarán a la Argentina". De primera, no estaríamos tan seguros (ya hubo proyectos similares de Pinedo). Además, quienes piensan y sostienen esto no están teniendo en cuenta la ecología de La Red, es decir: "every one is connected" (Line dixit).

¿Qué quiero decir con esto? Bueno, que si se "cortan" las semillas de Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón, por poner un ejemplo, es muy probable (muy-muy) que una gran porción del contenido hoy disponible en La Red desaparezca. ¿Entiende usted? Pongalé, no more LOST, ni series nuevas americanas, británicas ni sarasa, disponibles online sólo 15 minutos después de haber sido emitidas "al aire". A eso sumémosle: música, libros, películas, todo.

Con esto no se pretende alienar al lector, sino predicar la idea de que hay que estar atento. Hace pocos días se montó una paparruchada digna de un circo de variedades: el premio Nobel de la Paz 2009 (a estas alturas, el hijo de puta más grande del mundo), junto a varios amiguitos, montó un show para estampar su autógrafo en uno de los atentados contra la libertad más grandes de la historia de la humanidad.

No importa que se haya demostrado (por ejemplo, en España) que muchos de los que bregan por la defensa fundamentalista de los derechos de autor, lo hagan por intereses propios (y espurios), ni que ésta haya alcanzado límites ridículos.

Tampoco se quiere escuchar la voz de millones de usuarios, autores y analistas, que especifican que la defensa de la cultura no puede ni debe pasar (y de hecho, resulta contraproducente) por la defensa de un modelo de negocio obsoleto (y hasta nocivo para el avance de la sociedad).

Pero no. Nada importa, con tal de salvar el bendito mercado.

Y en la Pajarera nos preguntamos: ¿no existirá una segunda razón, relacionada con cierto temor al anonimato que propone y permite INTERNET, y que los grupos de poder saben que no pueden controlar?

Como siempre, lo invitamos a refutarnos a través de la navegación gratuita por la Red de Redes. Y recuerde, muchos de los datos expuestos aquí no fueron cubiertos por los grandes multimedios de Argentina. Resulta válido entonces preguntarse la razón de este silencio, ¿verdad?

Fuentes:
Alt1040
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