Raúl de la Torre, economista y periodista
[nota extraída de Hamartia]
“Los BRICS rompieron el marco de la distribución de roles”
El conductor de visión 7 internacional y editor de Página/12 explica las claves de los países de economías emergentes, por qué la crisis no los afectó como a las potencias hegemónicas y los pasos en falso que dio la UE y los EE.UU. “La crisis europea va a modificar todo el sistema de unidad monetaria y unión económica”, afirma.
¿Te parece que los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) pueden tener políticas económicas comunes?
Es probable que tengan políticas económicas que logren algún tipo de coordinación. En una primera etapa, en políticas comerciales y posteriormente, quizás, con algún otro tipo de políticas frente a la situación crítica del mundo, que va a requerir algún tipo de respuestas de ese estilo. Por ese lado es probable que empiecen a caminar juntos.
¿Y una moneda común?
Creo que va a ser muy difícil. Es un proceso muy prolongado, trabajoso y por las condiciones que tienen los BRICS, y las diferentes regiones que manejan, me parece que están todos muy lejos de esa posibilidad.
Tanto Brasil como Rusia exportan alimentos y China e India manufacturas y servicios, ¿existen posibilidades de que los cinco países lleguen a competir entre sí?
Sí, porque no es una alianza cerrada. Son cinco países que tienen coincidencia en cuanto al lugar que ocupan hoy como naciones emergentes frente a las potencias centrales. Tienen intereses comunes pero no tienen una alianza estratégica cerrada en la que uno pueda observar que están trabajando todos con un mismo criterio, con una misma unidad de conducción. China me parece el ejemplo más claro. Hoy Brasil tiene un gran problema con el tema de las importaciones chinas. Ahí tenés un caso de competencia explícita.
Si los BRICS no se agruparon para llevar a cabo políticas comunes, ¿cuál es su objetivo?
Si uno hace la historia de los BRICS, lo primero que hubo fue, de parte de los analistas, identificar a países que tenían rasgos comunes. Es decir, naciones emergentes que están creciendo muy rápido, que tenían economías que se habían fortalecido mucho y que mostraban que tenían un desarrollo diferenciado de lo que eran los países centrales. No estaban tan afectados por fenómenos de la crisis internacional o del modelo neoliberal como en los países centrales. Este fue el primer rasgo diferenciador y de identificación. Luego se planteó que tenían una potencialidad interesante y, a partir de eso, se empezaron a conectar entre sí. No es que haya un diseño de política común que los alinee. Lo que hay son entidades que de alguna manera los unen y los ha hecho empezar a conversar entre ellos. Yo creo que es un proceso todavía está en una primera etapa.
Debido a su condición de ex potencia de la Unión Soviética y de exportador de petróleo y gas, ¿es correcta la inclusión de Rusia dentro del bloque BRICS?
Es un país que viene de la demolición de la Unión Soviética. Es destacable cómo Rusia se recompuso a sí misma y se convirtió en una economía importante. Desde ese punto de vista sí me parece que es válida la identificación como uno de los BRICS. Pero desde otros puntos de vista históricos claramente hay una gran diferencia. Es una ex potencia caída en desgracia, que después se recuperó con cambios en sus características. Igualmente, su situación me parece que quizás marca algún grado de inestabilidad mayor que los otros países porque hay cuestiones no del todo resueltas. Además, es un territorio muy extenso y tiene a Siberia, lugar en donde no creo que la estén pasando bien ni viviendo los beneficios ni del derrame de las buenas condiciones económicas que tiene el país. Me parece que ahí también hay un nivel de desigualdad importante.
¿Podría Rusia sumarse a la UE?
Yo creo que hoy, con la crisis europea, es poco probable. El gobierno ruso ya no debe tener el mismo interés que tenía hace un tiempo en incorporarse a la UE. En ese momento se planteaba cómo una estrategia defensiva y, además, para sacar un provecho propio que tiene que ver con el suministro de gas a Europa de parte de Rusia. Hoy, al desaparecer inclusive las conveniencias, los rusos deben estar bastante lejos de pensar en esta alternativa.
¿Es posible la conformación de un gobierno único europeo?
Es difícil que se pueda dar este tipo de conjunción porque la crisis europea va a modificar todo el sistema de unidad monetaria y de unión económica. El tema del gobierno único, que algunos plantean como salida a la UE, está cada vez más lejos. Si se concreta un gobierno único estará a favor de los países centrales de la UE, como Francia y Alemania, y en contra de los más chicos, como Grecia. Ese tipo de soluciones son más rupturistas que generadoras de una unión. La UE va camino a una transformación en la que, seguramente, no va a quedar conformada por los 27 países que hoy son miembros.
Al implementar las mismas medidas neoliberales, ¿pueden ser los BRICS una alternativa a los Estados Unidos y a la Unión Europea (UE)?
Todavía no son una alternativa al poder hegemónico. No tienen una posición de poder. No me parece que planteen ser la nueva hegemonía mundial que va a ocupar el lugar de otros. Creo que no están para eso. Todavía no se ve que estén en proceso conciliador ni que caminen para eso. En cuanto al crecimiento relativo empiezan a tomar participación en la economía mundial creciente. Tanto en la economía mundial en general como en el comercio mundial.
¿Y en dónde marcan la diferencia?
En la política comercial. Hay cuestiones internas que tienen que ver con el modelo neoliberal que ninguno de estos países se las sacó totalmente de encima. Es más, en el caso de China que viene de una definición de economía comunista, en realidad, toma muchas cuestiones del modelo neoliberal. No se entiende bien lo de China, es un modelo propio.
¿Qué tienen en común los BRICS?
Estos cinco países poseen una diferenciación en el plano comercial. Han roto ciertas dependencias del marco de distribución de roles que estableció la Organización Mundial del Comercio (OMC) dominada por las potencias centrales. Rompieron con ese tipo de condicionante y se han desarrollado como países emergentes. Han desarrollado una capacidad de producción y de exportación de bienes industriales como hace tres décadas atrás, rubros que estaban controlados únicamente por los países centrales y hoy han ocupado un espacio. En nuevas tecnologías también. En ese plano creo que han roto el molde, no en el modelo económico que aplican en este momento. Otra característica común de los BRICS son los grandes niveles de desigualdad internos.
¿Considerás que la idea de los BRICS de salvar a la Unión Europea de la crisis económica fue una demostración de poder?
Yo creo que hay que tomarlo como una manifestación en cierto momento, quizás sí de exhibición de poder o de buscar algún tipo de diálogo en otros términos. Pero se vio frustrado muy rápidamente.
Además, tuvo más reacciones negativas que las positivas que ellos esperaban. Sobre todo porque dio la sensación de que estaban dispuestos a dar algo para ayudar a países en crisis que están equivocando su propia política, con lo cual provocó reacciones dentro de sus propios países y desconfianza de los terceros. De los que no son ni Europa ni BRICS surgió la idea de: ¿Y esto qué es?
¿Se pueden llegar a dar alianzas alternativas a los BRICS?
Creo que en este plano se van a dar algunas alianzas particulares coyunturales que vamos a ver cómo resultan. Por ejemplo, lo que está sucediendo entre Brasil y Alemania, entre la invitación que le acaba de hacer el titular de la Comisión Europea a (la presidenta de Brasil) Dilma Roussef para que se plantee una alianza estratégica entre Brasil y la UE.
¿Cómo reacciona China frente a estas alianzas?
Hay que ver qué pasa con China. Cómo se para frente a esto. Ahí hay un juego que todavía no está dado para ver qué alianzas particulares se pueden dar. No como BRICS, sino como países integrantes del BRICS con la Unión Europea que pueden llegar a cambiar al escenario.
Estados Unidos y la crisis
¿Cómo será el futuro de Estados Unidos frente al desarrollo económico de los BRICS?
Estamos en una situación de inestabilidad muy grande y una de las particularidades de esta crisis internacional es que tiene consecuencias sistémicas muy importantes que van a afectar a Estados Unidos (EE.UU.) y a todo el sistema. Esto no se resuelve con un shock de confianza en los mercados financieros.
¿Cuál es el grado de responsabilidad de los EE.UU. sobre la crisis?
Esta es una crisis profunda que incluye la crisis de la hegemonía del dólar, la crisis de la hegemonía comercial de los EE.UU. y el golpe que sufrió la Unión Europea. Todo está en movimiento. Evidentemente, los que están marcando hoy la política internacional -la política que está siguiendo EE.UU. o la Unión Europea- van a profundizar la crisis. No están dando una solución. Hay sectores internos de EE.UU. ligados al capital financiero que siguen jugando exclusivamente a favor suyo y con esto están perjudicando a la propia estabilidad económica de Estados Unidos.
¿Crees que va a haber grandes cambios en el escenario económico de los EE.UU.?
Evidentemente, nada va a quedar como está y va a haber cambios profundos. EE.UU. insiste en el viejo modelo de hegemonía absoluta. Insiste en ser la potencia mundial que pone las condiciones y se está encontrando con una realidad diferente. Los BRICS son una demostración de que es diferente. Ahora, no me parece que EE.UU. todavía haya asumido esto, entonces, se va a llevar un pared por delante.
¿Cuál es la postura de la UE?
Está más adaptada a estas condiciones. A aceptar un diálogo y darle un status diferente a estos países del que tenían hasta ahora.
¿Los EE.UU. aprovecharon el diálogo con los BRICS como la UE?
EE.UU. esto no lo ha tomado. Sigue trabajando con algunos países tradicionales, grandes y aliados, como México, que dejaron de jugar un rol importante. Comete un gravísimo error porque le está dando la espalda a este fenómeno de los BRICS que, con sus limitaciones y contradicciones que podamos llegar a encontrar, es un fenómeno que ya existe.
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