Uno de los primeros gestos de Mariano Rajoy tras la jornada electoral ha sido mostrar su intención de volver a poner sobre la mesa una reforma laboral. Para ello, se ha reunido con los máximos dirigentes de los sindicatos mayoritarios y con el jefe de la patronal. Rajoy ha instado a los agentes sociales para que se pongan de acuerdo antes del 6 de enero. En cualquier caso, y según ha dejado claro Cospedal, “el Gobierno gobernará”, de lo que hay que deducir que la reforma laboral se hará, ya sea con acuerdo o por Real Decreto.
A los sindicatos mayoritarios casi nadie les espera para dar la batalla. Hace semanas, Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CC OO avisó que “en la calle hace frío en invierno”. Además, como apunta José Luis Carretero, de Solidaridad Obrera, “Cándido Méndez (UGT) ha hablado de que se tratará la moderación salarial; no van a plantear grandes problemas, tienen una pretensión en la que se ven como estadistas en lugar de como dirigentes sindicales”.
Los datos del paro de noviembre certifican que la reforma laboral de 2010 no ha cumplido su supuesto objetivo de aligerar el desempleo. “Era extraño pensar que facilitando el despido se iban a producir menos”, señala José Luis Carretero. El total de parados ya ronda los cuatro millones y medio, y, según datos del Ministerio de Trabajo, en el último año el desempleo se ha incrementado en 310.168 personas, un 7,55%.
HAZ CLICK EN LA IMAGEN PARA ACCEDER A LA VERSIÓN EN PDF. / Infografia: Reforma laboral. |
“El balance sólo puede ser negativo”, afirma Alberto Montero, del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), que señala cómo estas reformas van encaminadas hacia un modelo productivo en el que “el factor trabajo es cada vez más flexible, un coste variable que el empresario puede ajustar a voluntad como si fueran suministros para producir”. Pero eso, advierte Montero Soler, “no tiene repercusiones sobre la creación de empleo, sí sobre la calidad, que se deteriora, y sobre las retribuciones salariales, que disminuyen”.
“La crisis se utiliza como excusa para profundizar en los recortes salariales y sociales”, confirma Nacho Álvarez, investigador de economía aplicada en la Universidad Autónoma de Madrid. “Las razones por las que se crea empleo están vinculadas con la demanda y el consumo, y no con el abaratamiento del despido. Los teóricos neoliberales saben que no va a crear empleo, pero se excusan en la falacia de que facilitará las condiciones para crear empleo cuando venga la recuperación. Pero la recuperación es imposible sin que se recupere la demanda y para esa recuperación hace falta empleo”.
El mantra de la moderación
Aunque Rajoy no ha hecho pública la reforma laboral en la que trabaja su equipo, la patronal (CEOE y Cepyme), en un documento emitido en octubre, apunta cuáles son las líneas maestras que cabe esperar. Sus principales exigencias pasan por “simplificar” la legislación laboral, flexibilizar los contratos a tiempo parcial y de formación, eliminar la referencia salarial al Índice de Precios de Consumo (IPC), dotar a la empresa de instrumentos de flexibilidad interna, lo que incluye conceptos como el porcentaje anual de disponibilidad por parte de la empresa, bolsa de horas, horas extra y flexibilidad funcional; y facilitar el convenio de empresa y el descuelgue de los convenios colectivos. Además, el gran objetivo de la CEOE es alcanzar un nuevo pacto de moderación salarial para el período 2012-2015.
Así, el presidente de la patronal, Juan Rosell, defendió en su reunión con Mariano Rajoy la necesidad de “darle una vuelta” a la negociación colectiva en materia de salarios para “dar una señal de moderación en los próximos años”. Por su parte, el Banco de España ha trazado la misma linea: “La moderación salarial en el sector privado no sigue la pauta de ajuste en el sector público y es insuficiente para frenar la sangría de destrucción de puestos de trabajo en las empresas”, dijo el director general del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina.
“Piden moderación salarial para incrementar los beneficios empresariales, no quieren ser conscientes de que un pacto en este sentido es una forma de profundizar la espiral de crisis en la que estamos. Económicamente es problemático, porque va a contribuir al ciclo de depresión y va amantener el nivel de demanda agregada muy bajo”, señala Alberto Montero Soler.
Según Nacho Álvarez, la lógica empresarial es que “la reducción salarial hace descender los costes unitarios, y esto puede hacer recuperar la competitividad reactivando la demanda mediante la exportación”, pero Álvarez cree que este argumento es falaz, ya que “se hace descansar la recuperación de dicha competitividad sobre uno de los componentes que tiene la formación de los precios, pero jamás se plantea que la competitividad pueda descansar sobre el otro componente en la formación de los precios, los beneficios”.
De este modo, mientras que en el tercer trimestre de 2011 los beneficios empresariales crecieron un 6,4%, la remuneración de los asalariados sigue cayendo, perdiendo un 0,6% en el mismo período. Según la Agencia Tributaria, el 60% de los asalariados cobra menos de mil euros. Como ha explicado el profesor de políticas públicas Vicenç Navarro, desde el año 1980 al 2010 las rentas del trabajo (masa salarial) como porcentaje de la renta estatal descendieron en España, de un 66,8% a un 56,6%. Sin embargo, a pesar de este acusado descenso en el peso de los salarios en el conjunto de la economía, la reforma de la reforma laboral apunta a una profundización en este desequilibrio.
Además, a la previsible rebaja salarial se pueden sumar modificaciones a la revisión anual de retribuciones. Según Rosell “sería bueno y favorable” que en los convenios del futuro “los salarios no estén tan ligados al IPC sino a otras variables como la productividad”. La propuesta de ligar los salarios a la productividad, en lugar de a la inflación prevista como ocurre hasta ahora, es uno de los objetivos que se proponía el conocido como “pacto del euro”. El profesor José Luis Carretero apunta que el incentivo de la productividad es intangible, especialmente en pequeñas y medianas empresas. “Entran aspectos como quién es más dócil, quién se porta mejor, quién se queda una hora más sin pedir que se la paguen, etc.”. No obstante, matiza que el texto del Pacto del Euro “no suelta prenda” en cuanto a qué herramientas van a utilizarse para medir la productividad.
PRECARIEDAD. Cuatro de cada diez personas que trabajan en condiciones de temporalidad encadenan contratos. / Foto: David Fernández. |
Para Nacho Álvarez se trata de otra falsedad. “En los últimos 20 años la productividad real (descontada la inflación) ha crecido mucho más que los salarios reales”. Por su parte, Alberto Montero Soler cree que serían necesarias las cuentas de las empresas para medir la productividad, “tendrían que ponerlas a disposición de los sindicatos para poder negociar, para que se pueda calcular en términos monetarios, pero ninguna empresa quiere mostrar sus tripas económicas”.
Despidos baratos
No vuelva usted mañana
La exigencia de la patronal para esta nueva reforma es situar la indemnización habitual por despido en 20 días por año con un máximo de 12 mensualidades. Las intenciones de la patronal están claras en este punto, para Alberto Montero la idea consiste en que dé igual ser contratado indefinido o temporal, “el coste del despido va a ser tan ridículo, que a efectos va a ser lo mismo”, concluye este investigador.
La indemnización por despido está ligada al tipo de contrato que tiene el trabajador. En la reforma laboral del 2010 ya descendía de los 45 días por año trabajado a los 33 si el contrato laboral se acoge al plan de fomento de la contratación indefinida. Aunque el coste real para el empresario es de 25 días porque ocho los asume directamente el Fondo de Garantía Salarial, (FOGASA).
En otros casos de despido, la indemnización es todavía inferior. Las empresas que aleguen pérdidas previstas “transitorias” cuando vayan a presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) pueden acogerse al despido objetivo por causas económicas, que contempla una indemnización de 20 días. Se entiende que concurren causas económicas cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, lo cual no quiere decir que la corporación esté en números rojos. En los ocho primeros meses de 2011 los ERE autorizados alcanzan los 12.956.
La reforma laboral de junio de 2010 ya flexibilizó la justificación del cese objetivo. Con ello, “se tiende a igualar las condiciones de asalariados indefinidos y precarios, pero a la baja, recortando derechos de los primeros” señala Alberto Montero. Los empresarios han ideado una nueva figura que aún no está en ninguna ley: el despido subjetivo. El Consejo Empresarial para la Competitividad, formado por 17 grandes empresas cuyos representantes, se reunieron en abril con Zapatero, sugiere que se considere cualquier tipo de causa para admitir un despido sin pasar por los tribunales. Esta figura definida como “despido subjetivo”, incluiría una indemnización cuya cuantía no ha sido precisada, pero que la CEOE quiere rebajar hasta los 20 días por año trabajado. La CEOE en su documento lo dice de otra forma y pide impulsar la solución extrajudicial de conflictos laborales.
“El derecho laboral judicializa las relaciones, en el sentido de que los tribunales amparan los abusos a los trabajadores”, explica Nacho Álvarez, “lo que ahora pretenden es que existan comisiones técnicas que antes de pasar por judicatura puedan pronunciarse. Es un retroceso, que puede que los sindicatos acepten, y supondrá que parte de la cobertura jurídica que tienen los trabajadores se va a erosionar”.
Convenios basura
Negociar se va a acabar
Entre las peticiones de la CEOE al presidente electo también se trata la negociación colectiva. En concreto, se pide “facilitar los convenios de empresa y el descuelgue de los colectivos”. La reforma de junio de la negociación colectiva ya da prioridad a la aplicación del convenio de empresa frente a los estatales y autonómicos en salario y complemento base, retribución de las horas extras y el establecimiento de un sistema de trabajo por turnos. Además, establece que las empresas podrán imponer un convenio propio cuando estén atravesando momentos de dificultad económica.“Con la cantidad de empresas pequeñas y medianas en el Estado, y el paro que hay, es fácil suponer qué fuerza pueden tener los trabajadores en una negociación”, indica Alberto Montero.
Parados. / Foto: David Fernández. “Se ha creado una zona en las relaciones laborales” |
Pero lo que pide la CEOE va un paso más allá y toca su punto más sensible a la hora de tratar los convenios pasados de fecha, la llamada ultraactividad. Habrá un plazo de 20 meses para que empresa y sindicatos renueven un convenio que haya caducado. Si no se ponen de acuerdo, se pondrán en marcha procesos de mediación y arbitraje, en el que expertos externos dictaminarán el nuevo convenio.
Con una tasa de desempleo juvenil que alcanza el 48,9%, la despedida de Zapatero aún encerraba una sorpresa más para los menores de 25 años: la aprobación de un nuevo contrato de aprendiz. Esta nueva modalidad de contratación permitirá a las empresas utilizar como trabajadores a menores de 25 años por 426 euros al mes, sin prácticamente derechos laborales ni vacaciones.
La denominación legal que ha recibido, “prácticas no laborales”, tiene su miga, señala el profesor de Derecho del Trabajo José Luis Carretero, ya que pasan a no estar reguladas por el Estatuto del Trabajador ni por el derecho laboral: “Se está generando una nueva zona gris entre el derecho del trabajo y el exterior, implica un elemento de ruptura con respecto al derecho laboral”, denuncia Carretero. “Tiene que ver con cómo pretenden encarar el cambio de modelo productivo, en relación con la ley orgánica de las cualificaciones de 2002, títulos de FP, de oficio, etc. En ese proceso, en teoría, se busca generar que esas personas jóvenes obtengan formación mediante el trabajo, pero en la práctica están hechas para disponer de trabajo barato y servicial”, afirma Carretero.
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